Seguro que en muchas ocasiones al viajar en coche te ha dado la sensación de que el camino de vuelta ha sido más corto que el de ida. Pero, ¿por qué tenemos esa sensación si el trayecto es el mismo?.
Según ha demostrado Niels van de Ven, psicólogo de la Universidad de Tilburg (Holanda), se trata de una ilusión originada por nuestras expectativas que se produce tanto si recorremos un trayecto a pie como si viajamos en coche o en avión.
Concretamente, cuando iniciamos un viaje tenemos una actitud optimista que hace que nos resulte más largo de lo previsto. Al volver a casa, por el contrario, solemos pensar que el trayecto se prolongará más y, de nuevo, nos equivocamos.
En un estudio dado a conocer en la revista Psychonomic Bulletin and Review, Van de Ven y sus colegas estimaron que en el trayecto de regreso percibimos que el camino es entre un 17% y un 22% más corto que durante la ida, con independencia de si seguimos o no la misma ruta.
Este fenómeno explica por qué cuando en 1969 el astronauta Alan Bean fue y volvió de la Luna a bordo del Apollo 12 de la NASA afirmó que le había parecido mucho más breve el viaje de vuelta a la Tierra.
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